Iniciamos nuestro fin de semana de peregrinación a las 5:45AM dirigiéndonos a Santiago de María, en la zona oriental del país. Este día teníamos programado Una Peregrinación con María, comenzando a las 8:00 AM con una procesión por las principales calles de la ciudad. La imagen peregrina de Nuestra Señora de Fátima, fue recibida con la quema de pólvora y cantos marianos que anunciaban a los lugareños la visita de María Santísima. Llegamos a la Catedral, donde el Obispo de la diócesis, Mons.Mons. Rodrigo Orlando Cabrera Cuéllar, esperaba para recibir a la augusta visitante y dar inicio a la Santa Misa, en la cual se entregarían los primeros cuatro oratorios.
Mons. Rodrigo, en su homilía mostró la importancia que es alimentar la devoción a Nuestra Santísima Madre y en este día de la Virgen, bajo la advocación de María Auxiliadora, debíamos de recurrir a ella para pedir por la paz de nuestro país, por las familias y la Iglesia. Al finalizar la Santa Misa, los feligreses pudieron venerar la imagen de nuestra Señora por un buen tiempo.
Después de la Santa Misa, la imagen del Inmaculado Corazón de María, continuó recorriendo las calles de la ciudad. En este recorrido, varias personas salieron al paso de la procesión, gente de avanzada edad, otras con bastantes limitantes para movilizarse. Tuvieron unos minutos para poder saludar a María Santísima y hacer sus peticiones.
Las familias sacaban a sus enfermos por las calles mientras pasaba nuestra Señora, y con mucha Fe le pedían, un Señor casi inválido por un derrame con gran Fe su familia lo llevo y su rostro se lleno de alegría.
Ya en la zona La Parroquia, tuvimos oportunidad de hablar un poco de las Apariciones de la Virgen, quiénes somos los Heraldos del Evangelio y el Apostolado del Oratorio. Luego se hizo el Santo Rosario y se contó con la participación de los asistentes.
A las 3:30 PM iniciamos nuestro regreso a la Catedral pues estaba programado para las 4 el rezo del Santo Rosario, y a seguir la Santa Misa de las 5:00 pm. celebrada por el P. Javier Pérez, EP.
Finalizando la Santa Misa, se procedió a la última procesión con velas, dentro de la Catedral. Fue un momento emocionante, ver a nuestra Santísima Madre desfilar por los pasillos, derramando gracias a los asistentes y así despidiéndose de Santiago de María.
Terminada la procesión, se expuso la imagen nuevamente para su veneración.