El Cantón Las Granadillas, municipio La Palma, Departamento de Chalatenango, El Salvador, tiene su primer Oratorio.
Desde muy temprano, salimos rumbo a este lugar, ubicado a 2,100 metros sobre el nivel del mar, en el punto fronterizo con el país hermano de Honduras, donde se respira un aire muy puro y la vegetación tiene un aroma y lucidez impresionante.
Al llegar, a las 9:00 a.m. a la comunidad La loma, que pertenece al cantón Las Granadillas, encontramos un grupo de personas que ya esperaban para la procesión. Poco a poco fueron llegando más feligreses, quienes al finalizar nos dimos cuenta que habían hecho recorridos de hasta 2 horas para estar presentes en la invitación para recibir y celebrar a la Virgen de Fátima.
El padre Jesús Miranda, párroco de Nuestra Señora de Guadalupe, tuvo un retraso, pues venía de celebrar la misa en Miramundo, un lugar que aunque no muy distante, pero ubicado en otra montaña y la espera se hizo larga, de 1 hora, tiempo en el que los organizadores aprovecharon para hacer cantos, vivas, etc. para animar al grupo reunido.
El recorrido fue de 1 hora y 15 minutos; todos acompañaban rezando el rosario y cantando, por aquellas calles de tierra y piedras, llenas de subidas y bajadas, sin mostrar cansancio alguno.
Al llegar a la iglesia, vimos que estaba afanosamente arreglada, con cortinas y manteles blancos, leyendas y flores en el altar y en las bancas haciendo una valla para recibir a la Imagen de Nuestra Señora de Fátima.
Ya en la iglesia, el P. Jesús, fue llamando a cada representante de las 30 familias que van a recibir el oratorio para que se presentaran una por una y a continuación hizo el envío y la entrega del oratorio. Luego dio inicio la Santa Misa, en donde el Pbro. Jesús habló sobre las apariciones de la Virgen de Fátima. Dio las gracias en varias ocasiones, a Los Heraldos del Evangelio, por la labor de evangelización que realizan.
Como es costumbre en estos lugares, ellos son excelentes anfitriones y de lo poco que tienen lo comparten con sus invitados, pues esta vez también fuimos invitados por el Padre Jesús para compartir los alimentos, disculpándonos pues necesitábamos estar temprano en San Salvador, por emergencias de salud en nuestras familias.