Hacía pocos minutos que una tormenta había descargado una copiosa lluvia, cuando llegó la Imagen Peregrina a Flores, bien cerca de Comayagua.
Lo que sería recorrer un par de cuadras, por el recelo de la lluvia… se convirtió en una inagotable procesión por todo el pueblo, pidiendo a la Santísima Virgen bendijese todos los hogares.
Bellos eran los adornos preparados para la Madre, y bella fue la acogida de las familias que reciben el Oratorio durante el año, meditando el Evangelio, rezando el Rosario y consagrando a María sus hogares.
El P. Luis Osorto concelebró la Misa, de la cual participaron todos los presentes con gran devoción y con la alegría de tener entre ellos a la Imagen Peregrina de Nuestra Señora de Fátima, que los reunió para tener un encuentro con su Hijo Jesús.